noviembre 4, 2025

Perú corta lazos diplomáticos con México: furia por asilo a Betssy Chávez, exministra de Castillo

Lima, Perú, 4 de noviembre de 2025. El gobierno de Perú anunció este lunes la ruptura inmediata de relaciones diplomáticas con México, en una escalada sin precedentes entre ambos países, motivada por la decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum de otorgar asilo político a Betssy Chávez, ex presidenta del Consejo de Ministros durante el gobierno de Pedro Castillo, quien enfrenta cargos por rebelión y conspiración contra el Estado por su rol en el intento de autogolpe de diciembre de 2022. La medida, confirmada por el canciller peruano Javier González-Olaechea en una rueda de prensa en Palacio de Torre Tagle, implica el cierre de embajadas, expulsión de diplomáticos y suspensión de cooperación bilateral, dejando a la región andina en tensión y cuestionando la solidaridad latinoamericana en un contexto de inestabilidad política post-Castillo.

El anuncio llegó apenas 48 horas después de que Chávez, de 43 años y abogada constitucionalista, aterrizara en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México el sábado 1 de noviembre, escoltada por diplomáticos mexicanos tras una fuga discreta desde Lima donde enfrentaba prisión preventiva. Sheinbaum, en su conferencia matutina del 2 de noviembre, defendió la decisión: “México siempre ha sido refugio para perseguidos políticos; Betssy Chávez no es fugitiva, es una mujer que defiende la democracia contra abusos judiciales. Su asilo es humanitario y conforme a la Convención de Cartagena”. Chávez, quien fue clave en el fallido intento de Castillo de disolver el Congreso el 7 de diciembre de 2022 —lo que llevó a su arresto inmediato—, enfrenta 18 meses de prisión por “rebelión y conspiración”, cargos que sus abogados denuncian como “persecución política” orquestada por la presidenta Dina Boluarte y el Congreso opositor.

González-Olaechea, en su declaración, no midió palabras: “México interfiere en asuntos internos soberanos al proteger a una conspiradora que atentó contra la democracia peruana. Ordenamos el cierre de nuestra embajada en la CDMX, la expulsión del embajador mexicano en 72 horas y la suspensión de todos los tratados de cooperación cultural, comercial y educativa”. El canciller peruano, respaldado por Boluarte, acusó a Sheinbaum de “solidaridad selectiva” con “golpistas de izquierda”, recordando que Chávez firmó el decreto disolutorio de Castillo y llamó a las Fuerzas Armadas a “reunirse con el pueblo”. La ruptura, la primera entre Perú y México desde 1821, afecta a 1.2 millones de peruanos en México y 300 mil mexicanos en Perú, y congela un comercio bilateral de 2 mil millones de dólares anuales en productos como aguacates y cobre.

La crisis diplomática estalló cuando Chávez, bajo asedio judicial en Lima, solicitó asilo a México el 30 de octubre, argumentando “persecución ideológica” por su rol en el gobierno castillista. México, heredero de la tradición asilística de Cárdenas y Echeverría, concedió el refugio el 1 de noviembre, citando la Convención de 1954 sobre Asilo Diplomático y la Carta Democrática Interamericana. “No es interferencia; es protección a una figura perseguida por su defensa de la soberanía”, reiteró Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores, en una nota oficial, confirmando que Chávez reside en la embajada mexicana en Lima hasta su traslado. Boluarte, en X, contraatacó: “México acoge a terroristas; Perú no negocia con golpistas”.

El contexto es explosivo: Castillo, preso desde 2022, enfrenta 34 años por rebelión; Chávez, su última primera ministra, fue destituida tras el autogolpe y huyó a México tras un allanamiento en su casa el 29 de octubre. Perú, bajo Boluarte —acusada de “golpe suave” por la OEA—, ha extraditado a 20 exfuncionarios castillistas a EE.UU. por lavado, pero el asilo de Chávez a México lo ve como “traición” a la democracia. El canciller González-Olaechea exigió a la OEA “condena inmediata”, mientras Brasil y Chile mediaron sin éxito.

En México, Sheinbaum minimizó en su mañanera del 3 de noviembre: “La soberanía peruana es respetable, pero el asilo es derecho internacional; no romperemos lazos, pero defenderemos principios”. La ruptura afecta tratados como el TMEC y la Alianza del Pacífico, y genera memes en X (#AsiloChávez) con 200 mil menciones. Para Latinoamérica, es un quiebre: México como refugio vs. Perú como guardián antidemocrático. La embajada mexicana en Lima se fortifica; la respuesta peruana, diplomacia fría. ¿Guerra de palabras o ruptura irreversible? El Pacífico tiembla.

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